Los ministros de Energía de la Unión Europea llegaron ayer a un acuerdo sobre la reforma del mercado eléctrico para reducir la volatilidad, tras una jornada de intensas negociaciones. El debate se saldó con la garantía de incentivos a las centrales nucleares, tal y como reclamaba Francia.Y es que el punto de conflicto principal, los contratos bidireccionales por diferencia o CfDs (intervención pública de los precios), se aplicarán a las inversiones en nuevas centrales de energía nuclear, eólica, solar, geotérmica e hidroeléctrica sin embalse.
Las nuevas inversiones destinadas a repotenciar centrales o prolongar su vida útil también podrán acceder a estos contratos.Los Veintisiete acordaron que los CfDs serían el modelo obligatorio utilizado cuando la financiación pública esté implicada en contratos a largo plazo, con algunas excepciones.
Estos contratos también serán posibles para algunas centrales existentes. Eso sí, en este caso deberán cumplirse una serie de requisitos que aseguren que se respete la igualdad de condiciones (level playing field), en línea con las reclamaciones de Alemania.
El Consejo añadió flexibilidad en cuanto a cómo se redistribuirían los ingresos generados por el Estado a través de los CfD bidireccionales. Los ingresos se redistribuirían a los clientes finales y también podrían utilizarse para financiar los costes de los regímenes de apoyo directo a los precios o las inversiones destinadas a reducir los costes de la electricidad para los clientes finales.
En este sentido, la Comisión acordó revisar los contratos por diferencia para ver que cumplen la norma de ayudas de estado.
El Consejo propuso cambios centrados en la racionalización del procedimiento en el marco actual de los mecanismos de capacidad. También pidió a la Comisión que presentara un informe detallado en el que se evaluaran otras posibles formas de simplificar el proceso de aplicación de los mecanismos de capacidad.
En lo relativo a la protección del consumidor, los ministros de Energía pactaron reforzar la protección del consumidor estableciendo la libre elección de suministrador y la posibilidad de acceder a precios dinámicos de la electricidad, contratos de duración determinada y contratos de precio fijo, a menos que los suministradores no ofrezcan contratos fijos y siempre que ello no reduzca la disponibilidad global de contratos fijos.
También acordaron proteger a los clientes vulnerables de las desconexiones mediante la implantación de sistemas de "proveedor de último recurso" que garanticen la continuidad del suministro, al menos para los clientes domésticos, en caso de que no existan ya tales sistemas.
Asimismo, se pactó que todos los clientes tendrían derecho a los sistemas de uso compartido de la energía (utilizar, compartir y almacenar la energía autogenerada) y que todos los derechos de los consumidores se harían extensivos a los clientes finales que participaran en los sistemas de uso compartido de la energía.
El consenso fue posible pese a las posturas enfrentadas de Alemania y Francia, con el único voto en contra de Hungría. Los trílogos comenzarán el 19 de octubre.
Fuente: El Economista